El 24 de agosto se celebra el Día del Padre en conmemoración al nacimiento de Merceditas, hija de Don José de San Martín, por ello se realizaron los actos con el objetivo de conmemorar esta fecha.

Alumnos de 3º grado fueron los encargados del acto y reflexión acerca del rol de San Martín como padre centrándose en las máximas a su hija.

Por su parte en Nivel Secundario se vivió un acto muy especial ya que contó con la participación de los abuelos de los alumnos de 4ºG como abanderados y escoltas. Además en el discurso, a cargo del Director Miguel Miralles, no sólo se conmemoró al General San Martín, sino también se focalizó en el rol de los padres y abuelos en desarrollo de los jóvenes.

Un poco de historia…

A través de la ley provincial 5131 se establece el 24 de agosto como el Día del Padre en Mendoza, en referencia al nacimiento de Mercedes Tomasa en 1816, la hija de Don José de San Martín.

Mercedes Tomasa, hija única de San Martín y Remedios de Escalada, nació en Mendoza el 24 de agosto de 1816, precisamente en la calle Corrientes, hogar que desde 1814 habitaba el matrimonio y pertenecía a la familia Álvarez. Los primeros años de vida de Mercedes fueron realmente intensos, el viaje a Buenos Aires cuando tenía poco más de cuatro meses, la enfermedad de su madre Remedios, la ausencia de San Martín por las misiones que éste emprendía, hicieron que Mercedes se desarrollara en un ambiente agitado pero al mismo tiempo contenido y lleno de cuidados y cariño.

Entre sus seis y siete años, su madre Remedios enfermó y murió el 3 de agosto de 1823. Su vida, desde ese momento desamparada del abrigo del calor antes otorgado por el cuidado y atención de su madre, quedó al cuidado de su abuela hasta que su padre terminara con las misiones independentistas y pudiera, por fin, regresar a Buenos Aires y darle el acompañamiento, protección y educación necesaria.

En 1824, Mercedes y San Martín viajaron a Europa donde «la infanta mendocina», como la solía llamar su padre, recibió una educación de primera calidad, en la que se destacó en pintura y música.

En 1831, tanto ella como su padre se enfermaron de cólera en Francia. Sin embargo, al parecer no todo era infortunio para padre e hija. El médico Mariano Balcarce fue quien los atendió en esta enfermedad y quien prestó especial atención a Mercedes, con quien terminaría casándose al año siguiente, el 13 de septiembre de 1832, y consagraría uno de los momentos más felices para la acotada familia integrada. Para el General San Martín, explican los historiadores, fue un acontecimiento lleno de algarabía, un momento en que San Martín sintió el logro del esfuerzo hecho por su hija Mercedes.

Del matrimonio de Mercedes y Balcarce nacieron María Mercedes y Josefa Dominga. En 1859 compraron una casa en Brunoy, cerca de París. Sin embargo, la desaventura todavía contaba con margen para rozar la vida de Mercedes y el 1860 la enfrentó con la muerte de su hija mayor, María Mercedes, de 26 años, a quien dieron sepultura en una bóveda en la misma villa donde vivían. Su otra hija, Josefa Dominga, tendría todavía mucha vida por delante, una personalidad se distinguió en ella, caracterizada por la solidaridad y perpetuo respeto y glorificación de su abuelo.

Mercedes murió en febrero, también en Brunoy. En 1951, sus restos, junto con los de Balcarce y su hija mayor, fueron repatriados y hoy descansan en la Basílica de San Francisco.