¿Podemos, desde la escuela aplicar una propuesta pedagógica intercultural que implique una relación entre iguales, en estructuras educativas (sistema escolar, centros educativos, universidades) basadas en relaciones de poder desiguales?
Hoy, los niños necesitan que sus maestros tengan una formación docente que refleje la valoración de la diversidad cultural, para incrementar la equidad logrando superar el racismo, la discriminación y la exclusión social, principalmente de aquellos alumnos que provienen de grupos minoritarios, de zonas marginales o de ruralidad dispersa en el país.
La escuela ante la presencia de estas poblaciones, ha asimilado e integrado su cultura a una cultura de acogida, bajo la percepción de cultura dominante. Los docentes en sus prácticas educativas, han dejado poco espacio a las expresiones culturales de estos grupos minoritarios. Todos los alumnos, son observados conun prisma común que mira la igualdad como una forma de trato igualitario,con lo cual se irrespetan sus derechos a manifestarse como diferentes. Somos socializados dentro de referentes culturales distintos,modelos de crianza, creencias, costumbres, construcción de valores propiosde acuerdo con épocas, zonas geográficas e ideales familiares particulares. En las aulas estos grupos minoritarios optan por asumir patrones culturales ajenos que los distancian de las tradiciones y costumbres en las que han sido socializados. Grupos provenientes de núcleos desfavorecidos minoritarios ven su propia cultura como un tropiezo para relacionarse y ser aceptados, llegando a avergonzarse de sus propias raíces, y de lo que comparten con sus familias. Ven el mundo, se relacionan y optan por asumir patrones culturales ajenos que los distancian de las tradiciones y costumbres en las que han sido socializados.
La pedagogía intercultural considera que toda educación es proceso de construcción cultural, de cambio y transformación de referentes culturales y es producto de dicho cambio y construcción”. No podemos seguir pensando en una cultura monolítica, desdeñando los significados compartidos, acontecimientos, fenómenos, conductas de los demás y de uno mismo.
En nuestras escuelas, deben provocarse nuevos replanteamientos, reconstrucciones y deconstrucciones de cómo realizar la práctica educativa para que los valores, creencias, expectativas, intereses de unos y de otros sean compartidas, respetadas, valoradas, ya que los grupos y las personas tenemos puntos en común y diferencias que van a influir en nuestro aprendizaje, en los procesos y los resultados.
“No podemos permitir continuar con estilos de enseñanza y aprendizaje que promuevan y tengan espacio para que se mantengan, acentúen y legitimen desigualdades sociales de los alumnos, como hasta este momento han sido elaboradas”.
Los niños de grupos culturales diversos y de diferentes clases sociales, han sido socializados por sus familias y comunidades con conocimientos muy diferentes a los que se ven enfrentados en la escuela, lo que provoca una contradicción en cuanto a pautas de comportamiento, motivación, valores, actitudes y estrategias educativas, estilos de enseñanza-aprendizaje y disciplina.
Para trabajar con alumnos culturalmente distintos, los docentes debemos asumir actitudes como revisarse en sus prácticas a partir de espacios de reflexión, formación y capacitación continua. Deberán tener una visión del mundo diversa, luchar en contra del etnocentrismo y la xenofobia, desarrollar la descentración propia, la tolerancia activa y desmantelar los estereotipos que llevan a prejuicios, injusticia y exclusión. Los docentes pueden alcanzar, la realización de prácticas educativas abiertas, dinámicas y flexibles que darán pertinencia y contextualización a viejas propuestas curriculares. Crearán un clima educativo donde las personas se sientan aceptadas y apoyadas por sus propias habilidades, aportaciones, motivaciones, gustos, preferencias y creencias, lo que permitirá la interacción efectiva y justa entre los grupos, para intercambiar y valorizar marcos culturales diversos. Se logrará que los alumnos de grupos con referentes culturales distintos, adquieran, a través del intercambio e interacción, la valorización y respeto del otro, aporten soluciones, asuman nuevos retos y desafíos de manera conjunta.
La educación para la diversidad
Significa,” acercarse lo más posible en la labor pedagógica, a una igualdad real
de oportunidades educativas”.
Lic. Pérez Ana María