El Lunes 23 de Octubre, el colegio fue visitado por Emanuel «Manu» Heredia, un joven con una historia de autosuperación de lo más inspiradora. Manu nos contó su historia, su objetivo, y dejó una enseñanza que ninguno de los presentes ese día va a olvidar.
Emmanuel Elias Rodríguez Heredia es un joven de 32 años, Mendocino, que actualmente reside en Guaymallén. En el año 2015, la pizzeria en la que trabajaba Manu fue asaltada por dos hombres armados; «a mi me golpearon por no encontrar las llaves de mi moto y antes de irse me dieron un tiro en la espalda» relató Manuel.
Luego de ser atendido en el Hospital Central, a Manu le dieron la peor noticia de su vida: «no vas a volver a caminar». Todos los pronósticos eran negativos, nadie quería operarlo, ya que decían que tocando la médula solo iban a causar mas daño. Al tiempo, Manu fue trasladado a la clínica San Andrés, en donde debió aprender a manejarse en silla de ruedas, a cambiarse, a bañarse, a realizar el cateterismo, y todo lo que esas cosas implicaban.
A los tres meses Manu fue dado de alta y se mudó a la casa de su abuela, junto con varios integrantes de su familia dispuestos a ayudarlo a salir adelante. Pese a todo, Manuel nunca bajó los brazos, nunca se dio por vencido, y cuando todo era oscuro, supo encontrar la luz de la cual sacó fuerzas para seguir adelante. Luego de mucho investigar, encontró que había una mujer de Mendoza con una condición parecida a la de él, que se había realizado un tratamiento de células madre en China; ella puso a Manu en contacto con los encargados de aquel centro médico, y envió todos sus estudios, esperando obtener una respuesta favorable.
«Me dijeron que el tratamiento tenía altas probabilidades de ser favorable, al ser yo joven y mi lesión muy reciente» nos contó. Desde ese entonces, Manuel hizo todo lo que estuviera a su alcance para recaudar los 35 mil dólares necesarios para el tratamiento. «Extraño mucho volver a trabajar, siempre me gusto hacerlo, fuese bueno o malo el trabajo siempre me gusto sentirme útil. Hoy en día todo eso se complica por más ganas y disposición que pongas, es muy difícil. Pero realmente lo necesito para seguir independizándome pero especialmente para estar lo mejor posible al lado de mi hijo.»
En aquella charla que Manuel dio en el colegio, se lo notaba lejos de estar triste, a pesar de todo. Él había logrado salir adelante, había logrado encontrar una motivación, encontró la esperanza. Hoy en día, Manuel se levanta todos los días a la madrugada para ir a cantar a la calle, y recaudar lo que pueda con la colaboración de la gente. Tiene dos discos grabados, es un músico independiente sumamente talentoso y aprendió a valerse por sí mismo en cualquier aspecto que le sea posible. La esperanza de volver a caminar, nadie se la va a quitar, al igual que la fuerza de voluntad increíble que supo forjar, y les supo transmitir, a los alumnos de 5ºto y 4ºto año en aquella charla.